Cazando en el llano con una china



Una de las etapas mas hermosa de la vida es la niñez, de ella nos queda un sin fin de recuerdos y anécdotas difíciles de olvidar.

Estos recuerdos se avivan al transitar nuevamente esas regiones, paisajes serenos que permiten el reencuentro con nuestro propio ser , Su tranquilidad parece el escenario perfecto para apaciguar las penas , un espacio para la meditación sonora , en la que nuestra voz se conjuga con los arreboles, con los palmares, los morichales, los caminos, con cada uno de los parajes mágicamente dibujados en las llanuras. 


 Esto me paso en un campo de los tantos del suelo Guariqueño aproximadamente a los 10 años de edad. Era una costumbre familiar para dias de semana santa y carnaval internarnos en un pequeño lugar distante del pueblo, a orillas de una represa y rodeado de arboles frutales y un pequeño bohio construido en el centro del lugar. 
Unos dias antes de semana Santa mi primo y yo nos dedicamos a construir unas Chinas para salir de caceria  en los dias de asueto venideros, Salimos a las afueras del pueblo y cortamos unas Horquetas y las pusismos a curar, en la bodega compramos las gomas y con un trozo de cuero viejo fabricamos el arma. Durante dias planificamos  y conversabamos sobre las hazañas que realizariamos.

Llegaron los dias se semana Santa y nos fuimos al pequeño fundo.  El primer dias que amanecimos en el, nos despertamos tempranito  tomamos las chinas y empezamos a caminar en busca de las posibles blancos. Caminamos  como un kilometro llano adentro, a lo lejos divisamos una bandada de zamuros comiendo en el suelo, nos acercamos y preparamos las chinas con la bolsita de piedra que habiamos seleccionado y empezamos a tratar de atinar en el grupo de aves, al acertar sobre ellos algunos alzaron el  vuelo con dirección hacia nosotros, mi primo y yo muertos  del susto soltamos las chinas y salimos en carrera, calculo que como 200 metros fue la distancia que nos persiguieron, 200 metros que parecieron interminables. seguimos corriendo y llegamos al bohio temblorosos y sudados, aquella persecución nos hizo desistir de la idea de cazar aves, el resto de los dias los pasamos bañandonos en la represa y pescando en la mañanitas sobre una pequeña lancha que habia en el lugar.