La Mazorca y El Turupial
Por: Jesús Antonio Ducroc
Erase una vez por cierto
en un hermoso maizal
parado en una mazorca
se encontraba un turupial.
picoteaba, picoteaba
picoteaba sin cesar,
lacerando las entrañas
del referido cereal.
La mazorca muy herida,
le pregunta al turupial,
Porque me hieres ufano?
como entiendo tu maldad,
quien ha saciado tu hambre
en tu gran necesidad
No deberías darle gracias.
a aquel que te socorrió
no devolverle mal por bien
al que todo te lo dio.
El Turupial pensativo
responde con humildad:
En verdad he sido un necio
he obrado con mezquindad
perdóname buen amigo
hoy me has dado una lección
que jamás he de olvidad
y es que debo agradecer
al que su mano me dio
pues al hacerlo recibo
las bendiciones de Dios.