El caiman
Por: Yayitta Rainiero
Venezuela es un país rico en todas sus manifestaciones; en este caso nos vamos a referir a su fauna la cual, indudablemente, nos ofrece una variedad incalculable de belleza, armonía y fuerza.
Tomando como base y principio la fiereza de muchas de nuestras especies, nos vamos a conocer un poco, la vida y ferocidad de un animal temido por todos y con mucha razón: se trata del caimán, un solapado enemigo de todo lo que se ponga a su alcance y el cual nada tiene que ver que su presa sea otro animal, sobre todo los chigüires, o un ser humano.
El caimán abunda en los raudales furiosos de los ríos, en los caños, lagunas, remolinos, peñascos o junto a las poblaciones en cuyos remansos, este malicioso animal, cebado y preparado para comer carne, permanece en absoluto silencio, asomando solamente sus ojos, observando los movimientos de su posible presa, para atacar en el momento apropiado.
La cabeza de los crocodílidos, los ojos, los oídos y narinas (agujeros de la nariz) se localizan en el mismo plano, y es lo que permanece fuera del agua sobre la superficie mientras el resto del cuerpo se encuentra sumergido, esperando su presa. De este modo lo que sobresale del agua parecería ser un trozo de madera, tronco o vegetación, y pueden pasar horas inmóviles. Viven aproximadamente entre 30 y 50 años.
Este animal es terrorífico por donde se vea, su figura es impresionante, su fealdad es espantosa, digna de una serie de misterio y suspenso, lo que le suma el terror y odio que se le profesa.
El Caimán, es un saurio de la familia de los crocodrílidos (o cocodrilos), del género de ALLIGATOR, su cara es una especie de fosa profunda que está en la parte anterior del intermaxilar y otras fosas semejantes en cada maxilar superior, donde encajan los dos primeros dientes de la mandíbula inferior y el cuarto canino de cada lado; tienen 36 colmillos en la quijada de arriba y otros tantos en la de abajo, su hocico es ancho y obtuso y por supuesto, sus dientes totalmente desiguales.
Su enorme cuerpo tiene diferentes tamaños, los cuales oscilan entre 3 a 6 metros, las patas provistas de una membrana interdigital completa, que le permite desplazarse silenciosamente, tanto en el agua como en tierra y son muy veloces en su traslado por los ríos.
Los aguzados dientes que recubren ambas mandíbulas, le permiten retener la presa, pero no masticar, de modo tal que debe cortar trozos que pueda tragar enteros. En muchos casos para matar la presa se sumerge con ella entre las fauces, permaneciendo bajo el agua hasta ahogarla y seguidamente gira sobre si mismo hasta arrancar pedazos que pueda deglutir. También son ávidos devoradores de carroña.
Hay más o menos unas 25 especies de estos anfibios, las cuales están distribuidas en América, Australia, Africa y Asia.
Los crocodilidos son los últimos representantes de los grandes dinosaurios y han permanecido sin mayores cambios en su aspecto durante los últimos 65 millones de años. El tamaño que pueden alcanzar, si bien son animales típicamente grandes, va desde 1,5 m de longitud máxima en los caimanes enanos de la selva Amazónica, hasta los 7.5m en el gigantesco cocodrilo de aguas saladas de los estuarios de Australia y Asia.
Aquí menciono algunos de los nombres de estos monstruos Aligator Americano; Aligator Chino; Caimán de Anteojos; Caimán Enano; Caimán Negro; Cocodrilo Africano; Cocodrilo Australiano; Cocodrilo Cubano; Cocodrilo del Nilo; Cocodrilo del Orinoco; Cocodrilo del Mar; Cocodrilo de Nueva Guinea; Cocodrilo de Pantano; Otra especie de Cocodrilo Enano que mide 7 metros; Cocodrilo Hindú; Cocodrilo Malayo; Cocodrilo Siamés; Gaviales; Gaviales falsos; Yacare Común; Yacare Coroa y Yacare Overo.
Como cosa curiosa, estos enormes lagartos descansan en las playas, se protegen de los supuestos depredadores, despidiendo un olor nauseabundo, pues pareciera tener todo el almizcle del mundo. Su carne es muy blanca y dura, y a pesar del exceso de grasa que posee sobre todo en su larga cola, se dice que es un manjar de dioses por lo exquisita y gustosa.
Cuando este animal descansa y se duerme, abre su inmensa boca y una avecita muy pequeña se introduce en ella para limpiarle los dientes, se reúne un grupo de ellos para efectuar ese trabajo y en medio de riñas y reyertas, canalizan su labor y sin temor alguno al daño que se les pueda ocasionar, se espantan sólo cuando el animal ronca o cierra la boca.
Estas aves se llaman “limpia caimán”. Sin embargo, el descanso de esta terrible criatura, no le impide observar cualquier movimiento a su alrededor, que pueda servir de alimento a su voracidad.
Existe otra especie de caimán muy feroz denominada TARTAGUITOS, tienen manchas negras adornando su color gris pardo y conchas muy fuertes sobre su cabeza y lomo; sus escamas se asemejan a una armadura, lo cual les protege de la embestida de cualquier depredador.
Salen a la playa a desovar y sus huevos son característicos y fácilmente reconocibles porque no tienen cáscara, son cubiertos por una especie de tela muy gruesa y áspera, son alargados y muy pesados.
A 38 kilómetros de la ciudad de Maracaibo, en el Estado Zulia, Venezuela, hay un sitio llamado “Refugio Los Olivitos”, en el Ancón d Iturre, -reseña el señor Hugo Tovar-, lugar donde reside la casta más feroz y sanguinaria de estos seres. Igualmente cabe destacar que ente los animales de esta especie, hay uno que es sanguinario, traidor, asesino : es el Caimán Azul.
En Venezuela hay un tipo de caimán, igualmente feo pero que no es carnicero, hablamos de la BABA, es mucho más pequeña y sólo se alimenta de peces. Su carne es muy blanca, tierna y gustosa; sus huevos son delicados, se comparan a los de las gallinas; su cáscara es de color blanco perlado, está labrada simétricamente y es tan menuda, que son un espectáculo a la vista y además, muy sabrosos.
Todas las especies de cocodrilidos fueron diezmadas por la caza, dado el alto valor comercial que alcanzan sus cueros en el mercado internacional de la marroquinería, el cuero se utiliza para confeccionar botas, valijas, carteras y otros artículos.
A principio de los años 70, los países fueron tomando conciencia de la drástica reducción que las poblaciones de cocodrilos habían sufrido, hallándose la mayoría de ellas en peligro de extinción.
Desde entonces se han tomado medidas proteccionistas sobre estas especies, prohibiéndose la caza y comercialización y en muchos casos realizándose cría en cautiverio para reponer animales a la naturaleza.
Contemporáneos y en ocasiones enemigos naturales de los dinosaurios, los cocodrilianos son los últimos sobrevivientes de la gran era de los reptiles. Los cocodrilianos actuales, grupo que abarca a cocodrilos, aligatores, gaviales, son apenas una mínima expresión de una extensa rama de la evolución que dio como resultado toda una serie de reptiles, desde criaturas con pico de pato habitantes de los pantanos, hasta el gavial, de hocico estrecho y multitud de dientes de tamaño uniforme.
Para poder cazar a estos demonios de ferocidad, se emplean diferentes procedimientos y técnicas, habida cuenta de que cualquier equivocación o distracción en estos menesteres, sería fatal para los que intentan cazarlo.
Antiguamente, los indios realizaban esta tarea, mediante flechas que hacían de caña brava, así llamada porque es sólida y es un veneno activo para los caimanes que al poco tiempo de recibir el flechazo, mueren.
Asimismo utilizaban otra técnica llamada “tolete”, que consistía en armar una trampa con una estaca de madera muy firme a la cual le ataban una soga larga, a la estaca le ataban un pescado o un pedazo de carne; por el olor llegaba el caimán, se tragaba la carnada con la estaca y, moría.
También se estilaba una especie de fiesta para atrapar a este animal y consistía en un baile donde el indio armado de una estaca le obligaba a seguirlo y lo molestaba hasta que el animal abría su enorme boca: en ese momento el indio, muy firme en su decisión, metía el puño con la estaca en la boca del animal y cuando éste la cerraba, se le clavaban las puntas del tolete en el paladar y debajo de la boca.
Son muchos y muy variados los sistemas que emplean los llaneros para cazar a estos anfibios: los enlazan, los arponean, les ponen trampas y en este sentido, cuando los llaneros e indios cazan a un caimán, antes de que éste muera, le cortan una especie de tabla de conchas del pecho, zona en la cual se encuentra el poderoso almizcle que poseen estos animales; si el caimán muere antes de esta operación, el almizcle que apesta, se difunde por todo el cuerpo impidiendo que la carne sea utilizada para su consumo.
Sin embargo, este desagradable animal tiene sus cosas buenas y estas bondades merecen un capítulo aparte.
Ya hemos dicho que la carne de estos animales es blanca, jugosa y muy tierna en algunos casos. Antes de que el animal muera, hay que extraerle el almizcle que está localizado en su pecho, cubierto por una especie de armadura, conformada por gruesas escamas que le protegen de ser cazados con balas pues éstas, no pueden penetrar en su cuerpo por la fortaleza de su piel.
Sin embargo, esta carne sirve de alimento sobre todo a las comunidades indígenas. La caza de este anfibio se debe en principio, a la idea de aprovechar las bondades de su piel en la industria de la confección, toda vez que la misma es utilizada en la creación de cinturones, zapatos, carteras y todo tipo de accesorios, que son luego son vendidos a altísimos precios, debido a la exigente demanda de los consumidores de este tipo de artículos.
En cuanto a los beneficios medicinales, la grasa que en abundancia poseen, se utiliza para darle movilidad y firmeza a las piernas de los niños recién nacidos cuando éstos presentan deformidades o cuando son atacados por poliomielitis. Los lugareños también utilizan esta grasa para mantener encendidas sus lámparas cuando realizan trabajos nocturnos.
Por otra parte, nuestra cultura también está inmersa en las cualidades que nos ofrece el invitado de hoy: EL CAIMAN. Sus colmillos ofrecen una fuente de riqueza para aquellas personas que comercializan con ellos, los cuales son vendidos a precios muy elevados, sobre todo a aquellos que gustan de hacer regalos exóticos, para ello engarzan en oro el colmillo de esta criatura y lo envían como un presente de cariño y amistad a sus familiares y amigos.
Pero en nuestra cultura popular, se dice que el colmillo de este anfibio, protege contra cualquier maleficio y actúa como contraveneno.
En este aparte, cito un pasaje de la novela del insigne y gran escritor venezolano Don Rómulo Gallegos: “Doña Bárbara”, en cuyo pasaje confirma la creencia popular en las virtudes curativas de los colmillos del caimán: “Lo primero tenía por objeto procurarse la comida predilecta del llanero por jueves y viernes Santos, y lo segundo obedecía a la tradicional costumbre de aprovechar el descanso de aquellos días para hacer batidas en los caños poblados de caimanes, tanto por limpiarlos de ellos, cuanto porque el almizcle y los colmillos de caimán, cogidos en tales días, poseían mayores virtudes curativas y eran más eficaces como amuletos”.