La Sayona , la Leyenda

Leyendas

La leyenda de la llorona, es una historia perteneciente al Folklore Llanero. Se comenta que era una mujer de celos enfermizos, que constantemente se imaginaba infidelidades.

En el pueblo había un hombre que gustaba de ella pero siempre era rechazado, diciéndole que era casada y que amaba a su marido; en su afán por conquistarla inventó la historia de que su esposo la engañaba con su propia madre, este pensamiento la perturbaba y en muchas ocasiones confrontó a su madre y a su esposo, quienes siempre se negaron la historia.

 Un día agobiada por los celos llegó a la casa y mientras su esposo y su madre dormían  prendió fuego a la casa. Las llamas consumieron la casa y su madre mientras agonizaba la maldijo, diciéndole "Sayona serás para siempre, y en nombre de Dios, que así­ sea". Desde ese entonces su alma en pena vaga sin descanso ni paz, persiguiendo a los hombres infieles para conquistarlos y luego matarlos.


Son muchas las historias de hombres mujeriegos a quienes en la noche al transitar los caminos se les aparece una mujer elegante que los cautivan y una vez en la intimidad les muestra su verdadero rostro de muerte con dientes filosos La llorona es una de las leyendas más difundida en países de Latinoamérica.

Cuenta la leyenda más conocida que La Llorona era una mujer española que vivió durante la Época de la Colonia en un pueblo y tuvo varios hijos con un indígena. Sus hermanos se enfurecieron al descubrir tal aberración. Para ese momento se decía que los indígenas no poseían alma, eran considerados animales, seres inferiores, de origen diabólico.

Los hermanos de aquella dama mataron a sus hijos y la casaron con un español. Pero la pobre mujer enloqueció y se escapaba en las noches de su casa, vagando por los campos suelto de largo pelo, en una amplia bata de noche, llorando lamentándose tristemente por la muerte de sus hijos.

Los campesinos se angustiaban al oírla. Al poco tiempo murió de pena, pero los campesinos aún la escuchan. Algunos hasta la han visto arrastrando el peso de su tristeza por los campos de Venezuela

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