Cují Para espantar los murcielagos
En muchas poblaciones de las regiones llaneras es común emplear la concha del Cují negro o hediondo para espantar los murciélagos.
Esta creencia se base en el fuerte olor característico de este árbol. Para ahuyentarlos se cortan las tiras de la corteza y se cuelgan amarradas con una cuerda en distintas zonas del techo.
Esta es una técnica que se ha transmitido a través de los años y está bien arraigada en campos y caseríos.
Los murciélagos se refugian en lugares oscuros y protegidos, como cuevas, troncos huecos, hojas de palmeras o edificaciones humanas.
En los llanos venezolanos, muchas casas viejas de adobe están abandonadas o poco habitadas, lo que las convierte en sitios ideales para que formen colonias.
El adobe es un material de construcción hecho con barro y paja, que tiene la ventaja de ser fresco y resistente al calor. Sin embargo, también tiene la desventaja de presentar grietas y fisuras por donde pueden entrar. En estas fisuras se colocan tiras de conchas con la finalidad de ahuyentarlos de manera segura sin lastimarlos pues cumplen una función ecológica muy importante, ya que contribuyen a la polinización de las plantas, al control biológico de las plagas y a la dispersión de semillas