El coleo en venezuela
Que es el coleo llanero
El coleo es el principal deporte del hombre llanero. Lo conforma una trilogía de jinete, caballo y toro. El objetivo del jinete consiste en derribar por el suelo al toro jalándole por la cola Para ser buen coleador se requiere de aptitudes especiales: el jinete debe ser rápido, elástico, de buen pulso y sin miedo. El caballo debe ser rápido, arrimador, con buena fortaleza, y debe sobrepasar con velocidad al toro
Este deporte se práctica en una pista denominada Manga de Coleo
Esta manga consta de un corral partidor, que es el lugar desde donde sale el toro que va a ser coleado, un corral llamado tapón donde se detiene el toro una vez fue coleado
El coleo constituye una manifestación popular arraigada en nuestra memoria. Su origen está emparentado con la historia de la ganadería en Venezuela. Desde mediados del siglo XVI, con la formación de los primeros hatos ganaderos, es muy factible que los obligaron a atrapar un toro que se escapaba de la manada, persiguiéndolo y atrapándolo por el rabo hasta derribarlo. El hábito del coleo se establece como práctica identificatoria del hombre de los llanos hacia 1780; así lo demuestran algunas quejas que censuraban la costumbre, hechas por tenientes de justicia en algunos pueblos de la región.
Antecedentes
Como antepasado remoto de esta actividad se tiene a una antiquísima suerte española llamada suerte del derribo, del acoso o del rejón campero, que consiste en perseguir a caballo y derribar un toro en plena carrera, mediante una pértiga o vara, apoyándola en el cuadril del animal, haciendo fuerza para tumbarlo hacia el lado contrario.
En el siglo XIX se convirtió en un entretenimiento popular, con participación del público que se aglomeraba en las mangas que se improvisaban en las calles de ciudades y pueblos con motivo de alguna festividad. En Caracas se acostumbraba colear toros entre las esquinas de Candelaria y Romualda, Carmen y Municipal, en la calle principal de San Juan y en los pueblos cercanos. Durante el gobierno de Monagas (1847-1858), esta diversión adquirió mucho auge, pues en ella participaban militares, ganaderos y jóvenes aficionados, acompañados por conjuntos musicales y premiados con las monedas que arrojaban, desde los balcones, los ricachones caraqueños, y con las flores entregadas por hermosas muchachas